miércoles, 2 de octubre de 2013

Derecho a examen español 2°

Derecho a examen
Español 2°
Bimestre I

Nombre__________________________________________________________________
Grupo__________ No. de lista ____________

Instrucciones.- Lee con atención lo siguiente y realiza y/o contesta correctamente lo que se te solicita.
Extinciones recientes
La última Era de Hielo terminó hace 12,000 años y en el mundo hubo una continua extinción de mega fauna –animales de más de 45 kg (100 lb) de peso como el mamut–. Otras víctimas fueron los neandertales, cuya desaparición siguió a la llegada de los humanos modernos hace 40,000 años; ambos grupos coexistieron durante casi 10,000 años en el oeste de Europa, pero finalmente los primeros se extinguieron.
A pesar de coincidir en tiempo y territorio, no hubo una mezcla significativa entre las dos especies. Aún no se sabe si la extinción de la mega fauna se debió a cambios climáticos y ambientales, a la cacería humana o a ambas cosas. No obstante, una datación minuciosa reciente, especialmente en Australasia, cuyo clima sufrió pocos cambios, muestra que las extinciones ocurrieron poco después del arribo de los modernos cazadores humanos.
La excepción es África, donde los humanos modernos coexistieron con grandes mamíferos durante más tiempo, aunque ahora las crecientes poblaciones amenazan incluso a las grandes presas.
Desde luego, la influencia humana en la Tierra no se limita a la caza. La invasión de casi todos los hábitats naturales, desde la selva hasta los inhóspitos polos, más los efectos del calentamiento global, aumentado por la actividad humana, plantean una amenaza mayor para la flora y fauna del planeta, e incluso para la humanidad.
James F. Luhr. Tierra. (Col. Espejo de Urania). México: SEP/Editorial Altea, 2004. pp. 41.
Actividades.
Contesta correctamente lo siguiente.
Ø  ¿Cuál es el tema que desarrolla el texto anterior?


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Ø  De acuerdo a las características que posee el texto anterior es de tipo expositivo. Investiga sus características y anótalas en los siguientes renglones:
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Ø  ¿Qué otras preguntas puedes plantear para desarrollar y complementar el tema que trata el texto “Extinciones recientes”? Anota 4 de ellas.
Lista de preguntas
1.- ____________________________________________________________________
2.- ____________________________________________________________________
3.- ____________________________________________________________________
4.- ____________________________________________________________________












  • Haz una lectura general al cuento: “La Cruz de Jacinto Rocha” de la escritora, Irma Sabina Sepúlveda y responde las siguientes preguntas.

1-    ¿Cuál es el tema del cuento?
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2.- ¿En qué ambiente físico transcurre la narración?
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3-¿Cómo es el espacio psicológico que rodea a los personajes de la narración?
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4-¿Cómo es el ambiente social  donde se desarrollan los sucesos narrados?
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5.--¿Qué características distinguen a Chona Miranda?
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Instrucciones.- Lee con atención el siguiente cuento y contesta lo que se te pide a continuación.

“LA CRUZ DE JACINTO ROCHA”
IRMA SABINA SEPULVEDA

Esa tarde no se aguantaba el calor. Tuve que poner el metate debajo del nogal para sentir un poco de aire fresco quería terminar de moler el pinole que le había prometido  a mi hija para que le revolviera a unos piloncillos.
Me acuerdo que estuve moliendo hasta que empezó a meterse el sol, y en el rato que vine a la cocina por un poco de anís, vi pasar a Juan el cochero que volvía de la estación con dos pasajeras. Eran dos mujeres vestidas de negro,  envueltas en unos chales muy gruesos. No pude verles la cara.
Siempre que pasaba algún coche, yo corría a cerrar las ventanas para que no entrara polvo al jacal. Esa tarde no lo hice. No hubo necesidad.
El coche de Juan pasó sin levantar polvareda. Parecía que las ruedas no rozaban el suelo.
Me asuste de ver aquello, y después de santiguarme, volví al metate para seguir moliendo.
Desde ese rato, el aire se empezó a sentir embalsado, como clavado en el mismo lugar.
Ni una rama se movía. El campo estaba tan quieto como un paisaje fotografiado. No volaba un solo pájaro, ni se oía más ruido que el que hacía al machacar los grandes tostados.
Estaba sola. Mi hija y su marido andaban regando las labores y no volverían hasta el amanece.
Me di prisa para moler lo que me faltaba y cuando entré a la cocina vi pasar a una parvada de auras pelonas que se paró en el nogal.
Mi cenzontle empezó a revolotear inquieto, como si viera algo malo. Tuve que taparle la jaula con un trapo para que se sosegara.
Me vine a la chimenea, y mientras calentaba un trago de café, se hizo de noche. Prendí el quinqué y me fui al jacal grande donde dormíamos.
Era viernes, día en que a las brujas les gusta convertirse en lechuzas para hacer sus maldades. Ya me pesaba no haberme ido con mi hija a la labor.
Pensé acostarme tarde. Quería que las malditas brujas vieran luz en el jacal y no se arrimaran. Pero no me valió.
Por un buen rato estuve remendando junto a la lámpara. En eso vi que el gas se estaba acabando, y me puse a sacudir la cama. Cuando me estaba desvistiendo, empecé a oír  los aleteos de las lechuzas que iban llegando.
Eran mas de veinte las que gritaban y maldecían arriba del jacal.
Algo muy malo se anunciaba.
Cerré las puertas y ventanas, y cuando todo quedó oscuro, sentí miles de ojos amarillentos que se me  clavaban.
Temblando me estiré hasta la repisa del santo Niño que estaba sobre mi cama y cogí la botella del agua bendita. En ese rato entró un viento rabioso que empujó la puerta abriéndola de par en par.
Corrí a cerrarla. La atranqué con una castaña llena da ropa. No sé de dónde saqué fuerzas para moverla. Me vine a la cama, y después de rociarla con agua bendita, me acosté. Estuve agazapada entre las sábanas con los dedos en cruz. Afuera se oían clamores, y un restregar de cadenas que me ponía chinita.
El griterío fue creciendo más y más. La boca se me llenó de saliva, y cuando quise rezar, no me acordé de nada.
Al rato las brujas andaban adentro del jacal. El corazón me agujeraba el pecho al sentir sus alazos sobre mi cuerpo.
La cama empezó a moverse. Entre todas me levantaban hasta el techo. Luego soltaban de carcajadas y me dejaban caer.
Con una hebra de voz empecé a rezar las Doce Verdades del Mundo. Mi madre decía que no había una bruja que las resistiera. Empecé muy bien, pero lo malo fue que el miedo me tapó la memoria y en la cuarta verdad me atoré.
Era tanta mi congoja, que no sé de dónde saqué voz para gritarles: ¡Ave María Purísima!
Esa fue mi salvación. Al oírme, huyeron despavoridas tijereteando el aire con su ruido infernal.
Cuando las creí lejos, me enderecé. Estaba empapada de sudor y tenía sed. Hice a un lado las sábanas y me levanté a tomar agua.
Apenas iba cruzando para la cocina cuando sentí  que me rozaba el cuerpo una sombra alargada que pasó dando gemidos. Estuve sin moverme hasta que la vi perderse entre la nogalera. Luego corrí a la cama. Ahí estuve temblando hasta que amaneció.
En la madrugada, los gritos de mi hija vinieron a levantarme. Llegó asustada porque acababa de ver que el jacal de “La melga y media” estaba ardiendo. No quise creerle hasta que me llevó a ver la quemazón.
No había mentido. Las paredes del jacal de adobes donde vivía la bruja estaban negreando de hollín. Del techo de palmito no quedaban ni señas. Sólo se miraba el caballete como un tizón apagado que no tardó en desmoronarse cayendo con gran estrépito.
Largos tirabuzones de un humo verdoso que daba en el galillo, salían por los agujeros de las puertas y ventanas elevándose como remolinos. Olía a carne tatemada, a incienso y a yerbas raras.
Cuando dejó de humear, mi  yerno y otros hombres entraron al jacal. Nosotros nos quedamos afuera. No tuvimos valor para meternos.
Al poco rato, salieron los hombres asustadísimos. Unos tosiendo, otros basqueándose.
Alrededor de la cama de la bruja, vieron tirados a sus trece borregos negros humeando como incensarios. Tenían  maneas de alambre, lo mismo que “Caín” el gato consentido de la hechicería. A este pobre animal le cortaron la cabeza. Dicen que la vieron ensartada en un filoso machete junto a la cabecera.
Amarrado a los respaldos de la cama de fierro, estaba el largo esqueleto de “La melga y media”. Tenía los brazos abiertos y las piernas juntas. Como formando una cruz.

Luego vieron que de los renegridos dientes de su calavera salía una cosa que humeaba, y echaron a correr.
Juan, el cochero, aseguró que las dos mujeres vestidas de negro que trajo de la estación se habían bajado en la casa de la bruja, y gentes que vivían cerca, dijeron que las habían oído discutir hasta media noche. Quién sabe cómo sería el caso fue que las dos viejas desaparecieron.
Nadie las vio salir del pueblo en forma humana.
Cuando supe esto, comprendí el por qué de tanta bruja en mi jacal. Las muy malvadas estuvieron burlándose de mí mientras se llegaba la hora de ir a matar a su compañera.
De seguro que la quemaron porque les hacía sombra, pues nunca se había visto en el pueblo otra bruja de más poder. Se llamaba Chona Miranda, pero la gente le puso “La melga y media” porque era más larga y flaca que una garrocha.
Algunas gentes que la temían, se alegraron de su muerte. Otras, aunque no lo decimos recio, guardamos de ella buen recuerdo.
La felicidad de mi hija se la debo a sus consejos. Mi yerno salió enamoradizo, y como no hay hijos que lo engrían un día se largó con una mujer mala de las que viven pasando el arroyo.
Mi muchacha lloraba noche y día. No pude soportar aquello y fui a consultar con la bruja.
Un viernes en la noche, a las meras doce, me llevó a un cruce de caminos. Allí la vi volar y convertirse en sombra. Me dijo que no tuviera miedo. Iba a llamar a otras brujas para que le ayudaran a separar a mi yerno de los brazos de aquella mujer. El asunto estaba difícil.
Pasé muchos miedos, pero me aguanté. Vi cosas que no me atrevo a contar porque ella me amenazó con la muerte si las divulgaba. Lo único que puedo decir es que amanecí en mi cama y no supe cómo llegué.
Al día siguiente me mandó llamar, y me dijo lo que tenía que hacer para que mi yerno volviera. Necesitaba que fuera al panteón y le trajera la cruz de alguien a quien hubieran matado con arma blanca.
Hice lo que me ordenó. Arranqué la cruz del difunto Jacinto Rocha, muerto a machetazos, y se la llevé.
Le dio una buena limpia con ramas de pirul, romero y hierba del chivato. Luego le quemó incienso y le amarró dos listones negros empapados de aceite. Me dijo que hiciera un pozo debajo de la cama de mi hija y enterrara la cruz. Nadie debía darse cuenta.
Al volver mi yerno la devolvería al panteón. Ese era el compromiso.
En pago de ese favor me pidió un borrego negro para completar los trece. Le di el mejor que tenía en el corral.
A los pocos días regresó el perdido. Mi muchacha lo perdonó y desde entonces viven felices.
Algunas veces, al acostarme, oigo unos quejidos largos que salen del rincón donde ellos duermen. Se muy bien que es la cruz del muerto que clama por su sepultura, pero me hago la sorda.

Instrucciones.- Investiga el significado de las siguientes palabras:

1.- Metate____________________________________________________________________
2.- Quinqué  __________________________________________________________________
3.- Jacal _____________________________________________________________________
4.- Santiguar _________________________________________________________________
5.- Castaña___________________________________________________________________


jueves, 24 de enero de 2013

Links de lèxico hispanoamericano


ABC Iberoamericano 

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_4002000/4002957.stm 

Asì hablamos  Diccionario Latinoamèricano


Del lado derecho donde dice buscar palabra, escriban lo que buscan o bien arriba està el abecedario y la buscan por letra.


Diccionario Chileno



Diccionario Dominicano



Diccionario de Panamà




Diccionario Guatemalteco



Hondureñismos (Honduras)



Argentina



Diccionario de variantes del español de Centroamèrica y paìses del Caribe









martes, 11 de diciembre de 2012



Cuentos Clásicos 

Elijan un cuento de la siguiente página, lo leen e imprimen. Recuerden que este será el cuento del cual crearán su propia versión. 

http://www.ciudadseva.com/enlaces/queleerc.htm